A caballo regalado, no le mires el diente
En alusión a la inveterada costumbre de los ganaderos de examinar cuidadosamente la dentadura de las caballerías antes de comprarlas, a fin de comprobar la edad del animal, dice el refrán que el obsequio, cualquiera que sea, debe ser acojido sin reparo alguno
No hay comentarios:
Publicar un comentario