miércoles, 30 de mayo de 2012

A los galgos del rey no se les escapa liebre.
Porque, al igual que a Fernando 7 le ponian las carambolas--dice irónicamente--, así también las piezas de caza. No es extraño, pues, que una vez el emperador Francisco José, contemplando una pieza recién cobrada, llegase a exclamar: -¿ Juraría que a esta liebre ya la he cazado tres veces?- 

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